Llama a la puerta un poeta bohemio
mendigando su arte,
[su aspecto físico
me recordaba a Javier Egea
poeta al que a veces
veía pasar por la calle donde él vivía.
en un modesto piso del Zaidín.
no supe que fue de él
hasta que lo reconocí en la fotografía
de una biografía póstuma]
Me dice el poeta:
cómprame este poema por cinco euros.
Gracias -exclamo- toma el billete y quédate
con el poema pues hoy mi dosis de evasión
y desgarro ya la he extraído de un prosaico
noticiario de internet:
[Un círculo roto
por un crimen pasional
que condena a los amantes
al infierno más azul,
y donde ella escribe a su cómplice:
"nos haremos el mismo tatuaje
para cuando muramos y resucitemos
sepamos reconocernos en ese nuevo mundo "]
Hoy es el tránsito lo que nos anestesia,
la fuga inédita hacia mundos irreales.
Creación y aniquilación.
Luz y oscuridad.
Ángel o demonio.
La lucha del Eros y Thanatos.
El todo o la nada
aunque no lo queramos
siempre será así,
Aunque se empeñen
los anodinos dialécticos
en domesticar el instinto del fuego.
Aunque...
[Es tanta la niebla, la vaga nieba cagada de los pájaros]
Y me quedo apurando el whisky
cantado esa triste canción
de Vetusta Morla:
Hablemos de ruina y espina
hablemos de polvo y herida
de mi miedo a las alturas
lo que quieras pero hablemos
de todo menos del tiempo
que se escurre entre los dedos...
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